El Poder de Nuestro Diálogo Interno

El dialogo interno es la voz que surge de nuestros pensamientos con la cual conversamos. Oraciones como, “es que tú siempre te equivocas”, “que desastre ¿y ahora que vas a hacer?”, “no puedo con esto, es muy difícil”, “soy capaz de hacerlo”, “la próxima vez lo haré mejor”, “de esta situación salgo”, son todos ejemplos de diálogo interno. Los primeros tres son negativos y nos impactarán de manera negativa; y los últimos tres son positivos y nos impactarán de manera positiva. 

Miremos esto en más detalle. Nuestro diálogo interno impacta en la actitud que elegimos tomar frente a lo que nos ocurre. La actitud es la disposición de una persona para responder favorablemente o desfavorablemente, hacia un objeto, persona, situación o cualquier otro aspecto en su vida (Ajzen, 2014). El principio 90/10 de Steven Covey, nos dice que el 10% de nuestra vida es lo que nos ocurre y el 90% es determinado por cómo elegimos reaccionar frente a lo que nos ocurre. La clave está en la palabra elegir, nosotros, nadie más, elegimos si tomar una buena o mala actitud frente a las situaciones que nos ocurren. Pongamos un ejemplo muy simple: voy camino al trabajo, se me pincha una llanta y llegaré tarde a una reunión importante. Puedo, por un lado, elegir disgustarme, ponerme de mal humor, victimizarme y pensar “porque a mí me pasa esto”, “debí haber cambiado estas llantas”, “que desastre, con este calor que hace, ahora tengo que arreglar esta llanta”, en otras palabras, empezar a generar un diálogo interno negativo. Por otro lado, puedo elegir lo contrario, pensar “que se va a hacer, esas cosas pasan”, “gracias a Dios no fue una colisión”, “la próxima vez planifico mejor y no dejo pasar mucho tiempo para el cambio de llantas”, “ahora a resolver”. En otras palabras, generar un diálogo interno positivo y proactivo. Este sencillo ejemplo, corresponde a ese 10% de nuestra vida, a lo que no podemos controlar. El diálogo interno, ya sea el positivo o negativo lo cual a su vez generó una actitud acorde, corresponde a ese 90% de nuestra vida. 

Sigamos… como mencionamos, nuestro diálogo interno afecta nuestra actitud, pero esto va más allá de eso, porque también afecta nuestro comportamiento y desempeño. Veamos otro ejemplo: tengo que hacer una presentación frente a los vicepresidentes de la empresa y empiezo a pensar que me va a ir mal y que siempre meto la pata, pues lo más probable es que así ocurra. Los pensamientos negativos hacia nosotros mismos, el mundo y nuestro futuro afectan nuestra autoestima, generan creencias limitantes, nos frenan de lograr lo que deseamos y afecta cómo nos desempeñamos. El psicólogo Scott Bea, nos explica que a todos los seres humanos tenemos diálogos internos negativos, incluso a las personas que la mayoría de las veces tienen buena actitud. La razón tiene que ver con cómo está diseñado nuestro cerebro para funcionar. La amígdala y el sistema límbico están construidos para identificar amenazas, protegernos y sobrevivir, estamos entrenados para estar alertas ante el peligro. En el tiempo de la prehistoria eran los animales salvajes que nos podían atacar, ahora, el no ser exitoso de acuerdo con los estándares de la sociedad o no sentirnos queridos, por ejemplo, constituyen amenazas (Health Essentials, 2019). 

¿Qué hacer para dejar de generar un dialogo interno negativo? Lo primero es estar conscientes de que lo estamos haciendo y cómo nos está afectando. Lo segundo es empezar a tomar acciones para anularlo y convertirlo en un diálogo interno positivo. Algunas acciones que podemos hacer son:

  1. Utilizar un ancla, una imagen en nuestra mente o un objeto que nos recuerde que lo debemos frenar.
  2. Anotar todas las cosas que hemos logrado, desde lo que para nosotros quizás sea insignificante, hasta lo que consideramos más significativo. Muchas veces no celebramos nuestros logros como deberíamos y nos enfocamos en lo que percibimos que han sido fracasos. 
  3. Relacionado a lo anterior, cuando queremos lograr algo, enfocarnos en los logros que hemos tenido que nos acercan a nuestra meta, en lugar de las brechas que aún existen (Sullivan and Hardy, 2021).  
  4. Escribir afirmaciones positivas sobre los aspectos que afectan nuestra autoestima. Deben ser en positivo y en presente, aunque aún no lo hayamos logrado. Por ejemplo, “doy excelentes presentaciones en mi trabajo; claras, detalladas y que mantienen a mi audiencia enganchada”, luego repetirlas y visualizarlas. 
  5. Mejorar la relación que tenemos con nuestros pensamientos por medio del mindfulness para mantenernos en el presente, identificar lo que estamos haciendo bien para que nos sirva de motivadores, además de identificar y recordar los aspectos positivos que tenemos y que tienen las personas a nuestro alrededor (Health Essentials, 2019).
  6. Utilizar un diario de gratitud o dar gracias todos los días por lo que tenemos y somos. El responder con gratitud ante lo que vivimos, nos lleva a tener paz mental, felicidad, salud física y mental y a tener relaciones interpersonales más satisfactorias y profundas (Emmos and Shelton, 2002). Tendemos a enfocamos en lo que no tenemos y no somos, en lugar de lo contrario.    
  7. Limitar las redes sociales si sentimos que nos perjudican, por ejemplo, cuando nos comparamos con otros y evitar, dentro de lo posible, a las personas negativas (Bjork, 2023). 

Nuestro diálogo interno tiene el poder de ayudarnos a que nuestra vida florezca o se marchite. Su impacto en cómo vemos el mundo es significativo porque, como mencionamos, de él depende la actitud que tomemos hacia lo que nos ocurre, cómo nos comportamos y desempeñamos. Nuestro cerebro va a crear diálogos internos negativos, sin embargo, la clave está en ser conscientes de cuando están tomando las riendas de nuestra vida, frenarlos y transformarlos en diálogos internos positivos. Luchemos contra estos pensamientos insanos, pues nuestra felicidad depende de ello. 

Referencias 

Ajzen, I. (2014) ‘Attitude Structure and Behavior’ Attitude, Structure and Function, Psychology Press, New York and London https://books.google.com.pa/books?hl=en&lr=&id=av8hAwAAQBAJ&oi=fnd&pg=PT248&dq=How+attitude+affects+behavior+and+performance&ots=fGwux6y_5m&sig=x-WX-0xFf5VQcUXfpY9RZzGeAc8#v=onepage&q=How%20attitude%20affects%20behavior%20and%20performance&f=false

Bjork, L. (2023) ‘Emotional Resilience 101- Practical Tips to Feel Happier and Less Stressed’ Hope for Healing Foundation  

https://hopeforhealingfoundation.org/emotional-resilience-101-practical-tips-to-feel-happier-and-less-stressed/?gclid=Cj0KCQjw8e-gBhD0ARIsAJiDsaVANT2miT9dJ_H5MeBpzFpTD8KmOTtSlqcZ3mJdFUriR5jejxAbBugaApD-EALw_wcB

Emmons, R. A., & Shelton, C. M. (2002). Gratitude and the science of positive psychology. In C. R. Snyder & S. J. Lopez (Eds.), Handbook of positive psychology (pp. 459–471). Oxford University Press.

 

Health Essentials (2019) ‘How to Turn your Negative Thinking Around’ Health Essentials Newsletter. https://health.clevelandclinic.org/turn-around-negative-thinking/#:~:text=A%3A%20Negative%20thinking%20makes%20you,%2Dcompulsive%20disorder%20(OCD).  

Sullivan, D. and Hardy, B. (2021) The Gap and the Gain. California: Hay House Business

Related Posts